El desamor es caos, y debe ser descrito de manera caótica.
El desamor es ver cómo todas las palabras de todas las cosas buenas que nunca os llegasteis a decir pasan por una maquina recicladora de la que solo salen las letras d, e, s, a, m … que vuelven a juntarse para formar casi siempre la palabra desamor, designando esta ahora a conceptos tan distintos como mar, ogro, sombrilla, spray, ensalada de pasta… y muchísimos más. El resultado es una lengua diabólica que debes aprender encerrado en un bucle de tiempo en un episodio de Black Mirror.
El desamor es un cuadro de Picasso, donde el ser (des)amado está representado por una cara bella y atroz al mismo tiempo.
Es enfrentar el odio del otro con tu razón, y su razón con tu odio. Odio con odio. Nunca razón con razón.
Es tragarse un tornillo de acero oxidado y escupir sangre sin grupo sanguíneo definido.
Es amor en pretérito, amar en el vacío que queda cuando el tiempo ya ha transcurrido. Es mirar cómo vuestra casa se derrumba. Eternal sunshine of the spotless mind. ¿Y si esta vez te quedaras?
Es despertarte gritando porque has soñado que tu bebé ha desaparecido de su cuna. (No era solo un sueño)
Convertirte en bebé y que no venga nadie a mecer la tuya.
Es ser una bola descontrolada en el pinball de los recuerdos, sumando puntos cada vez que la bola golpea un video de tu disco duro; canjear los puntos por puñetazos en el vientre. Es quedarse embobado delante de uno de esos recuerdos, como un gato arañando un televisor en cuya pantalla pasea un ratón. Rebobinar hasta que se desgastan la cinta y tus pupilas.
Es una quemadura con un tubo de escape en mal funcionamiento.
Es que algún hacker bromista haga una restauración de tu mente con una copia de seguridad del momento justo antes de que todo se torciera, y que tres segundos después, la restaure de nuevo con la ultima de todas. Grito.
Es revisar cada detalle de tu vida presente e imaginar cómo sería en un universo paralelo sin desamor.
Es ir por la casa encontrándose con objetos inertes que un día estuvieron vivos. La camiseta, el termo, el champú de su perro... Es oler su ropa y ... Son todas las lagrimas acumuladas que no echaste cuando quisiste grabarte con el movil para demostrarle que sí te importaba. Porque como el amor, el desamor es libre e incontrolable, y elige drenarte cuando le da la gana.
Es un folio destrozado de tanto unir la linea de puntos.
Son todas las cosas que sabes que pudiste hacer mejor. Todas aquellas que no pudiste probarle.Toda la mierda que os echasteis en cara. El daño que os hicisteis sin enteraros, y las dudas que siempre quedaron.
Es la dictadura que tu sistema límbico (vulgarmente conocido como corazón) ha instaurado en todo el cerebro, exigiéndole de manera continua la redacción de una lista de ventajas por las que reunirse de nuevo con el ser amado. Aunque el lóbulo frontal siempre acaba revelándose y en secreto elabora también la lista de desventajas. Estas son presentadas de manera sorpresiva y constituyen un arma mortífera que destroza las bases del sistema dictatorial. Pero este siempre encuentra la manera de hacerse de nuevo con el poder. Y vuelta a empezar.
Es un agujero que se abre en el pecho. Un agujero que se expande indefinidamente y sin embargo conserva el mismo tamaño, concentrando cada vez más dolor por centímetro cúbico. Es el minúsculo agujero que queda sin tapar, cuando el amor vuelve, pero el desamor ya es semilla.
Son las lineas ocultas de vuestra historia. La verdad que asoma con cara de no haber roto un plato.
Es amar a quien te odia. Es odiar a quien te ama. Lo es todo. Y todo lo contrario.
Es querer ya ser solo…
Vuestro abrazo.
Denegado.
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