7:30am. Suena el despertador. Mierda. Odio levantarme temprano. Al menos anoche configuré la alarma con música y ahora suena una canción tranquila y aparentemente desconocida. Como si otra persona lo hubiese hecho por mi. La canción es bonita pero sigue significando lo mismo: Me tengo que levantar. Suenan dos o tres despertadores más y finalmente me levanto. Me doy una ducha larga en la que me voy medio despertando. Me hago el desayuno. Me tomo el café. Va a llegar la hora de la recogida y no me va a dar tiempo de cagar. Mierda. "Vamos a Guadalajara", dice el chófer. "¿No te lo han dicho?" Una hora de camino en la que podría dormir, sino fuera porque el tipo lleva la radio a tope y suenan canciones que amo y detesto al mismo tiempo. Llegamos. Me gusta el atuendo de mi personaje. Debería dejar de vestir como visto y ponerme las cosas que llevan mis personajes e ir por ahí asustando a la gente. Me afeitan la cabeza. Me recortan la barba. ¿Estaba así de corta la última vez? Da igual. Así parezco más joven. Falta una hora para rodar. Me acuerdo de "Waiting", una canción que salía al final del primer capítulo de "A dos metros bajo tierra" y que yo solía escuchar mientras pensaba que siempre estaba esperando algo en mi vida que nunca llegaba. "Vente conmigo, Sergio" Qué pereza... definitivamente no manejo estas horas. Llego al set y hay un mega tinglado montado en una estación de autobuses con tropecientos figurantes que parecen a punto de rodar un mannequin challenge. Toca esperar, un poco más. "Vamos contigo, Sergio" Menos mal que no tengo que hablar. Solo tengo que darme la vuelta y mirar. Mirar, que no es poco. Recuerdo lo que me decía una novieta que tuve con 15 años y con la que compartía el sueño de llegar a ser intérpretes: "Cuando seas actor usa esa mirada tuya tan shsyhsyysh", mientras movía su mano hacia adelante y la hacía temblar. "¡Plano hecho!" Ahora toca correr. Otra vez. Me paso esta serie corriendo, joder. "¡Haremos otra!" Sudo como un cerdo. Maqui lo sabe y viene a retocarme siempre que puede. Las carreras me han inyectado endorfina intravenosa y de repente me despierto. Ahora sí. "¡Vamos con tu primer plano, Sergio!"
Miro a los figurantes y pienso que va a ser muy divertido correr desesperado entre ellos, apartándoles para hacerme camino y cazar al prota. Un clásico. Entonces el tiempo se detiene, o yo camino a su ritmo, y pienso: "Soy actor. Siempre quise ser actor, desde pequeño. Siempre quise rodar una escena como esta" Los ojos se me empañan. "Motor..." Mierda. Este no es el estado emocional de mi personaje. Recomponte ostia. "¡Acción!" En alguna dimensión paralela se acciona una manivela. "¡Plano hecho!" A la primera. Voy a sentarme a descansar. He visto una silla con mi nombre.
PS: Llego a casa. Busco "Waiting" en YouTube y descubro a Nate viendo a su padre marcharse... en un autobús #nomorewaiting #thetimeisnow
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